La genuina democracia a base de propuestas ciudadanas hechas realidad en los presupuestos municipales participativos

Por Juan José Ruiz Moñino

Uno de los más grandes desafíos que se marca actualmente una Administración pública tan cercana y directa como puede ser un ayuntamiento es poner en funcionamiento vías de participación ciudadana acordes con las líneas de actuación abierta de gobierno día a día más transparentes.

Cada vez son más las Corporaciones Locales que van cumpliendo con ese reto enfocado a vertebrar un modelo participativo de alcance vecinal para lograr una continua y sistemática gestión de la "cosa pública".

Y es que ejecutar la democracia no debe suponer sólo para el ciudadano depositar su voto en una urna cada cuatro años sino que hay que activar mecanismos precisos e idóneos para articular un sistema de relaciones cada vez más estables y eficaces.

Estamos en sí ante un compromiso de incrementar la capacidad de rendir cuentas y de lograr una mayor implicación de los vecinos bien en la labor de gestión municipal bien en la estrategia a servir para la toma de decisiones.

En un doble frente. Por un lado, en lo tocante a transparencia, para permitir que el ciudadano acceda a la información sobre las tareas de gobierno de su ayuntamiento, sus bases de datos, sus proyectos, planes y propuestas de gestión, para consolidar sus índices de confianza,... Por otra parte, en la participación ciudadana cuando de desarrollo, ejecución y análisis de la labor pública se trate, lo que hará que los ayuntamientos se beneficien de los conocimientos, experiencias, ideas y sugerencias de los vecinos y de esta manera responder mejor a sus necesidades y demandas. 

En este sentido, hay iniciativas pioneras a lo largo y ancho de la geografía nacional como la que, a través de las webs municipales como botón de muestra, los vecinos pueden elegir qué obras, servicios y actuaciones en diversas áreas de gestión local acometer y para las que el Consistorio correspondiente establecerá la dotación económica necesaria para su viabilidad y fijada previamente en unos presupuestos participativos-.

Es articular proyectos prestos a ejecutarse para el bienestar de la vida cotidiana de los vecinos porque no en vano son ellos los que formulan las propuestas y que serían votadas atendiendo,  por ejemplo, al apoyo de herramientas tecnológicas de software libre.

En una palabra, una iniciativa inmensamente llamativa e interesante la de los presupuestos participativos que demuestran que los ayuntamientos españoles son capaces de hacerlo y saben hacerlo.

Juan José Ruiz Moñino.

Este sitio web utiliza cookies para facilitar y mejorar la navegación. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso. POLITICA DE COOKIES